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miércoles, 29 de septiembre de 2010

Las lecturas de una cinta

A petición de un amigo, voy a publicar el correo electrónico íntegro que le escribí como respuesta a sus preguntas. La entrada es tal y como la escribí en horas de curro, así que perdón por las erratas...Gracias a Mario una vez más...


A ver Mariete no te me ralles con las lecturas de una peli, pero si quieres te cuento algo de lo que yo interpreto por lecturas…

Todas las películas tienen posibles interpretaciones. Umberto Eco dice que “un texto es susceptible de toda interpretación pero no de cualquier interpretación”. Esto es: tú puedes disgregar una obra en niveles como he hecho yo con Malditos Bastardos, no quiere decir que sea cierto, es una interpretación, pero no puedes establecer cualquier nivel.
Es decir, si tú me dices que El Señor de los anillos es la hostia porque es una alegoría del porno turco de principios de siglo te diré que no. Si me dices que Tolkien dividió la tierra media como Gran Bretaña, te diré que si. ¿Ves? Si escarbas un poco todo es mucho más complicado de lo que parece.
Un buen ejemplo de alegorías y de dobles lecturas es Michael Haneke. Yo le llamo el rey del “malrollo” pero hay otros muchos que tb lo hacen, como el propio Tarantino como has podido ver en el blog.
El problema es que en la actualidad todo es demasiado literal, demasiado inmediato y la profundidad de las obras se está perdiendo. Cojamos dos ejemplos comerciales de distintas épocas: Casablanca a simple vista es my fácil de entender pero si analizas los diálogos puedes darte cuenta de hasta dónde llega su complejidad. Porque el champán se llama agua de Vichi o porque Humprey Bogart ha combatido en la guerra española. Todo tiene sentido, sin embargo Jurasic Park es lo que es, Dinosaurios perdidos en una Isla, a pesar de que la adoro.
Ahora bien, las lecturas son distintas según el cineasta que haga una determinada película. Clint Eastwood es bastante literal y clásico en sus planteamientos, pero eso no quiere decir que sea peor que Quentin Tarantino. Tarantino es más genial y quizá Eastwood sea más artesano en la forma de concebir sus cintas.
Sobre Mistic River te diré que me encanta. Me parece junto al Jinete Pálido y a Sin Perdón, lo mejor del bueno de Clint. Sin embargo, esta peli carece de la intertextualidad de la obra de Tarantino. Mistic River no te lleva a otros géneros a otras películas, carece de guiños cinematográficos. A Eastwood no le hace falta hacer eso.
Pero si te fijas también tiene un guiño al viejo Spaguetti Western cuando aparece Elli Wallach (le conocerás por ser el malo del Padrino III). Pero eso más que intertextualidad o doble lectura es un favor de Clint a su amigo, una broma.
Las lecturas no se circunscriben sólo a las referencias o a los guiños que pueden hacer una cinta más o menos ecléctica. Por eso, Mistic River a pesar de no tener todo lo anterior tiene mucha profundidad. Esta cinta habla por encima de todo de la amistad, por eso te deja tan jodido al final. Esa amistad eterna cuando eres niño y que de mayor se va perdiendo, algo que ya has empezado a experimentar, como me dijiste en Dublin.
El gran problema de Mistic River que aparte de hablar de la amistad y de la familia, y aparte de ser un Trhiller acojonante, es que es bastante facha. Clint Eastwood canoniza a Sean Penn, que es una asesino y un mafioso de barrio. Le salva y encima se pone de su parte, con dos cojones Clint.
Ese es el gran problema de este crack es que es un facha de aupa y eso le resta valor a sus películas, líricas y geniales. Otro día te hablo más de Easwood que tengo curro!!

Un abrazoooo!!

MR. Bean

Los primeros recuerdos sobre Mr. Bean están asociados al pequeño Sofá verde en el salón de mi tío el inglés. En aquellos tiempos, Mr. Bean era un ser tan exótico como la Inglaterra de la Reina Madre y el Liverpool de Mcmanaman y Fowler. Estoy hablando del año 93.


Aquellos primeros visionados en VHS me hicieron reír como nunca antes, sólo me he vuelto a partir el culo con tantas ganas en las primeras cintas de Kevin Smith. Para disgusto de mis padres, Mr. Bean no pudo paliar mi “borregued” con los idiomas, aquel genio con chaqueta marrón era prácticamente mudo. Varios de esos esqueches se hicieron memorables: el cine, el parque, el examen de matemáticas, la piscina…

Era tan bueno que al año siguiente algún geniecillo de Telemadrid pilló los derechos del señor judía y nos lo metió por los ojos sin traducir ni nada. Los niños hablaban de él hasta en mi colegio. Nuestro idilio duraría unos 8 años más o menos. Sin bien es cierto que sus incursiones en el cine son bastante infumables, muchos años después, su reino es la televisión, aunque ya no lo pongan.

Rowan Atkinson consiguió con Mr. Bean llegar al nivel de otros genios mudos como Baster Keaton o Charles Chaplin. Los más eruditos dirán que Chaplin tenía un rollo social que le engrandece y que además fue el primero, pero también diré que el bueno de Chaplin no tenía reparos en copiar argumentos y además, me hace más gracia Atkinson. Con respecto a Baster Keaton, siempre me he preguntado por qué está por debajo de Chaplín…

Aquí os dejo algunos de sus cortos, espero que os gusten




La pregunta del día:


¿Os mola tanto como a mí o soy un romántico?

viernes, 17 de septiembre de 2010

El Padre de Indi

Lleva seis años sin aparecer en la pantalla grande y todavía se le echa de menos. Los infames productores de Indiana Jones y la calavera de cristal querían que interpretase el papel de John Hurt, pero el señor Connery declinó la oferta y conservó su dignidad. Estas líneas van para uno de los actores que mejor han envejecido.


Entre la siniestra escena del Día más largo y el final de La Liga de los Hombres Extraordinarios hay cuarenta años de mito. El primer y mejor James Bond todavía tenía mucho margen de mejora. Seamos sinceros, por aquel entonces las salas de cine estaban llenas de jovencitas en sujetadores de pico locas por su pelo en pecho. Los siguientes años de su carrera estuvieron marcados por todos los Bond, Marny la Ladrona, más pelo en pecho… Cuando todo parecía perdido, tuvo la suerte de volverse viejo y quedarse calvo. Lo bueno empezó con El hombre que pudo reinar.

En esa gran película de aventuras, basada en el relato de Kipling, Sean Connery se come con patatas a Michel Caine y eso es mucho decir. Hay que recordar que estamos en medio de los setenta y el señor Caine andaba haciendo obras maestras y asombrando al público con su calma tensa. La locura de este Rey sólo se entiende si la interpreta Connery con esa mirada perdida y esos aires de grandeza con un toque “alfredolandista” con capa y todo.

Robin y Marian emocionó un Robin Hood anciano, sin ínsulas baratarias que conquistar y agarrado del brazo de Marion. Una Audrey Hepburn que disimulaba su vejez y su anorexia detrás de esos ojazos negros.
Hasta 1990 mezcló grandes interpretaciones, Los Intocables de Eliot Ness, Indiana Jones y la última cruzada con éxitos comerciales, La Caza del Octubre Rojo o Los inmortales. Hablamos del hombre que fue capaz de revitalizar la saga del arqueólogo más famoso del mundo o de ganar un óscar por ser el más mafioso con De Niro delante.

Espero que haga algo antes de su muerte o si no me va a pasar lo que con Paul Newman, le esperé hasta que sólo pude llorarle *



• Una vez más mi cinefilia llega hasta niveles insospechados y le adapto una frase de Indiana Jones para cerrar el post. ¡Sorry guys!
• Cada vez que haga referencia a Indiana Jones y la Calavera de Cristal hablaré de los infames creadores…

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Ha muerto entonces

Siento recoger una frase de Gandalf pero el siguiente artículo es la esquela de Kevin McCarthy, uno de los rostros cinematográficos más emblemáticos de la Ciencia Ficción del primer Hollywood.


Para recordar, su interpretación en la Invasión de los ladrones de cuerpos, ese joven desquiciado, esos tipos malos invadiendo el pueblo, esa humanidad condenada en aquella obra maestra dirigida por Don Sieguel con demasiadas referencias al comunismo, que pena.Asociado desde entonces al cine rarito, pronto se olvidó su talento, ese que le llevo a ser nominado al óscar por Muerte de un Viajante, su primera película. Seguramente también ayudaron esas cejas y ese rostro extraño que le impidieron triunfar como galán o como rostro comercial para el gran público.

En mi infancia está el señor Scrimshow, no hay cojones a escribirlo bien, en aquella cosa rara llamada El Chip Prodigioso. No voy a ser demasiado duro porque 20 años después en España estábamos haciendo Alastriste, menos mal q hoy hemos mejorado muchísimo con Lope, !Guau!.

Este actor, que parecía Leslie Nielsen en Un día de Furia supo sobrevivir en el cine gracias a su talento y de una forma marginal, casi independiente. Sólo hay que echar un vistazo a su filmografía, bastante lejos de la de una estrella al uso.


Esto son sólo algunos retazos de su amplia filmografía, con más de doscientas cintas: La invasión de los ladrones de cuerpos, El Premio, un capítulo de Colombo, La Invasión de los Ultracuerpos, Despedida de Soltero Fugaz, El Chip Prodigioso, Finalmente héroe… Consiguió vivir de esto y en Hollywood que no está mal.

Trabajó hasta el final y lo más sorprendente es la noticia se conociera dos días después de su muerte a los 96 años de edad. Se marcha uno de los clásicos en blanco y negro.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Diez actores y diez interpretaciones

Ultimamente estoy poco fresquito con las entradas, así que aquí van mis diez interpretaciones favoritas de la primera década del tercer milenio ( las diez me gustan, la cifra númerica es por ordenar ).
1. Cristoph Waltz y su Coronel Hans Landa: Ya he hablado antes de la devoción que siento por Malditos Bastardos y Hans Landa tiene gran parte de culpa. Su “Monsieur Lapadie podría tomar otro vaso de su delicosa leche” se me repite en la cabeza de forma obsesiva. Acojona como el mejor De Niro y es adorable como un cachorrillo de Scotex. Dan ganas de abrazarle con traje y todo. Una interpretación soberbia.
2. Tonmy Lee Jones y su pete de Los Tres Entierros de Melquiades Estrada. Aparte de ser mucho mejor western que la oscarizada No Country for Old Men, Tommy Lee Jones dibuja un granjero en el crepúsculo de la vida encerrado en un desierto que recuerda mucho a Rulfo. Imprescindible.
3. Choi Min-Sik y su Oh Dae-Su de Old Boy: Si llega a ser un actor americano se le habría comparado con Robert De Niro. Se trata del desquicie mental de un hombre encerrado quince años donde la venganza es el único sabor que puede paladear y donde el destino se acepta de forma irrefutable. Me sorprende cada vez que veo sus ojos perdidos.
4. Va de chinos el pódium, y aquí tenemos a Tony Leung Chiu Wai y su papel de follastras en 2046. El retrato de un hombre perdido por el desamor sólo es creíble cuando lo encarna mi chinazo favorito.
5. Ricardo Darín en El hijo de la novia. Me quedo con sus primeros veinte minutos. El bueno de Darín deja a un lado su careta de buen tipo para convertirse en un cerdo capitalista obsesionado con hacer pasta. La transformación posterior en Darin el bueno es predecible pero jugosa. Mezcla como nadie el buen humor y el drama.
6. Daniel Day-Lewis y el gran Bill el Carnicero. Si Gangs of New York es mejor de lo que parece es porque se sostiene sobre este CACHODEACTOR, con todas las mayúsculas posibles. Un asesino, racista y xenófobo que es capaz de rendir pleitesía a sus enemigos muertos. Me quedo con la escena que anda envuelto en la bandera.
7. Jim Carrey en Olvídate de mi. Gracias a dios que Jim Carrey hizo de Joel. No sonríe una puta vez en toda la película, está amargado y parece haber estado siempre así. Este personaje no tiene recorrido, sólo se emociona al conocer a la Winslet, es la relación la que lleva consigo al espectador.
8. Ulrich Mohe en La vida de los otros. Aunque la interpretación me recuerda a la de Antony Hopkins en el silencio de los corderos, sólo me puedo quitar el sombrero con este agente de la stasi que guarda todo su odio tras una cara aparentemente tranquila.
9. Bruno Ganz es Hitler en El hundimiento. De su actuación me atrae más el lado humano que lo meramente técnico, voz y gestos parecidos a Adolf Hitler. Ves a un hombre hundido porque se le caen una serie de ideales, terribles, que Bruno convierte en algo secundario. Empatizas con el nazi mayor del reino.
10. Ian McKellen y su Gandalf. Hablar de duendes, enanos, elfos y anillos no es muy creíble y menos si eres un mago. Pues Sir McKellen lo hace tan bien que consigue dos cosas fundamentales: Ser el Gandalf del libro y hacerlo tan tan tan bien que se convierte en una interpretación que mejora los minutos de una buena cinta de aventuras. Fue tan escandaloso que le nominaron al oscar.

¿Cuáles son las vuestras?

lunes, 6 de septiembre de 2010

Un talento olvidado

La grandeza de Blake Edwards sólo se puede entender por su diversidad de géneros. Al contrario que otros muchos directores, este maestro no se empeñó en repetir siempre la misma cinta. Fue uno de los revitalizadores de la comedia americana en los años sesenta y sin duda se convirtió a la larga en un digno sucesor de Billy Wilder.


No recuerdo una carcajada más grande con una película que la que solté con la escena de la ducha de El Guateque. Esta cinta supone uno de los máximos exponentes de la comedia norteamericana, además de ser el punto más álgido de la colaboración entre Blake Edwards y Peter Sellers, pues no todo era rosa entre estos dos genios. Además, la película inaugura un nuevo tipo de comedia que ha ido desvirtuándose hasta las gamberras American Pie, a las que adoro pero que están a años luz de aquella obra maestra.

Otra comedia que me parece especialmente relevante es la Carrera del Siglo. Esta cinta, que viene a ser algo así como los autos locos pero con personas, saca lo mejor de Tony Curtis y de Jack Lemmon en una historia delirante que echa un vistazo sobre la competitividad y el liderazgo desde un punto de vista irreverente. Es tan actual que parece increíble que esta peli se hiciera en 1965.

La pantera Rosa y Peter Sellers. Las cintas fueron concebidas para todos los públicos pero con el paso del tiempo sus colaboraciones han creado algo así como una obra de culto. Muchos años después, La Pantera Rosa sigue siendo rara y onírica tanto como los gestos de Sellers, es como si Edwards se hubiera empeñado en darle un toque ancestral a lo que muchos años después explotase David Lynch.

De las famosas Chantaje a una mujer, Desayuno con diamantes y Días de Vino y Rosas, me quedo con la belleza de Audrey Hepburn con las interpretaciones de Jack Lemmon y Lee Remick y con las chicas en los columpios de la primera.

Un hombre que le dio la vuelta a las tramas y supuso un aire fresco y libertad narrativa en medio de un cine que intentaba imitar la maestría alcanzada durante los años cuarenta y cincuenta.