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sábado, 25 de diciembre de 2010

Mis quince favoritas de la última década

Mi amigo Jorge, cinéfilo donde los haya, me ha propuesto un orden de mis quince pelis favoritas de la década, según-como-se-me-ocurran... Ahí van!!

-Los tres entierros de Melquiades estrada... Tommy lee jones
-2046... Wong Kar Wai
-Old Boy..Park chan wook
-Dogville... Lars von trier
-Mulholland Drive... David Lynch
-Olvidaté de mi...Michelle Gondry
-Mistic River... Clint Eastwood
-Un tipo serio ... los coen
-El señor de los anillos (parte 1)... Peter jackson
-Una historia de violencia... David Croneenberg
-Zeitgeist... Peter Jospeh
-El hundimiento...Oliver Hirschbiegel
-Good Bye Lenin... Wolfgan Peter
-Malditos Bastardos... Quentin Tarantino
-La cinta blanca... Michael Haneke

¿Cuáles son las vuestras?

lunes, 20 de diciembre de 2010

Zelig era el hombre de tus sueños

Zelig puede ser la obra maestra del señor Allen por encima de Manhattan y Annie Hall. Llevaba tiempo intentando buscarle una percha para comentar algo de ella en el blog y la acabo de encontrar en Encontrarás al hombre de tus sueños.

Voy a hablar de estas dos cintas por contraposición. La última me parece una vuelta de tuerca a todos los temas que el director newyorkino ha tocado durante su carrera. El problema de tocar siempre de lo mismo es que se pierde frescura, gracia y el espectador sabe lo que va a encontrarse: lios de pareja, culebrones entre una clase alta aburrida de que Allen le ponga diálogos agotados en su boca. Lo mejor es Banderas, no por talento, si no porque ya era hora de que alguien le pillase para hacer algo interesante, que pena que haya sido esta y no Match Point.
Luego está Zelig. La cinta  trata sobre un hombre tan asustado por la vida que se camufla constantemente para pasar desapercibido. Contiene todas las claves del cine de Woody pero desde un punto de vista nuevo. El film viene a ser un falso documental con momentos comicos y tristes pero con una premisa detrás que cumple a la perfección: Sólo el amor consigue que las personas se muestren tal y como son, ahí es nada.
Este falso documental es del año 83 y pilló a Woody en muy buena forma, después de los gloriosos setenta cuando todavía le quedaba mucho cine por dar... Balas sobre broadway, Misterioso asesinato en Manhattan, Hanna (no sé si esta es anterior a Zelig).
Lo que quiero decir es que a día de hoy este pequeño Groucho intenta renovar su cine dando paseos por Europa cuando en realidad ya experimentó hace unos treinta años. Contar lo mismo, mil y una veces contado, sólo tiene sentido si se profundiza sobre ello y a este dramaturgo parecen haberselé agotado las ideas. Serí bueno revisar sus grandes obras y una vez más, guardar a los ídolos en formol.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Listas, listas y más listas

Listas, listas y más listas. En los últimos años se ha puesto de manifiesto la necesidad que tiene la gente de guiarse dentro del mundo de la cultura. El boom de los tuentis y los medios online nos ha dejado un poco descolocados o en pelotas, y lo que es peor, sin tiempo para relajarnos y disfrutar. Un buen ejemplo dentro del cine es el libro las 1001 películas que hay que ver antes de morir.

He echado un vistazo a la lista y la mayoría son referencias bastante conocidas. Me parece rara la necesidad de convertir en un conocimiento enciclopédico, algo tan maravilloso como una película. El séptimo arte es precisamente un arte porque lo sugerido no se puede coger con las manos, ni se puede medir, como mucho se hace una lista para los no iniciados, que es lo que viene a ser este libro. Los autores y la editorial saben que estas cosas venden mucho en una sociedad ahogada por los podcasts y las reproducciones en youtube. En definitiva, se trata de una buena forma de empezar, pero dos reseñas y un cúmulo de directores y actores, no ayudan tanto, ni de lejos, como una filmoteca en condiciones.
 Creo que para aprender algo es necesario meterse dentro de ello, saborearlo y crecer a medida que te introduces dentro de ese mundo. Para mí ha sido tan imprescindible Regreso al Futuro, como el Fuego Fatuo, pero sin embargo llegaron en momentos diferentes de mi vida. Sin la primera, seguramente no habría conocido la segunda pero la profundidad de la obra de Malle es mayor a la de Zemeckis.
Mi forma de llegar a cintas desconocidas vienen de las recomendaciones de mis amigos y de foros, páginas, bibliotecas, hemerotecas y cosas así. Cuando el interés es propio y no viene archivado, la intuición acaba por convertirse en la mejor guía. 
Esta manera de secuenciar y de lobotomizar el conocmiento me fastidia, más que nada porque un tipo ha decidido que una peli es más importante que otra y ha aprovechado para vender su lista como un producto. Es distinto cuando el "andoba en cuestión" es tu amigo y yo recibo las recomendaciones con cierto interés. Es lo que me acaba pasando con los críticos, siempre se ponen por encima de la cinta o de lo que comentan, en definitiva, un poco como hago yo con este blog.

Las reliquias de la muerte


Puede que sea la fiebre alta, o los sobacos sudados de tanto dar vueltas en la cama pero hoy voy a defender la saga de Harry Potter. Me gustan Harry, Ron y Hermionne, sobre todo me gusta Hermionne, pero esa es otra historia.
Cada año, en mayo o en noviembre, espero con bastante entusiasmo otra nueva cinta de los tres amigos magos, una de ellos es maggle, que más o menos quiere decir humano, sin poderes heredados. Aunque las primeras películas no me gustaban, la primera y la segunda me parecen insoportables, algo cambio con la tercera, con todos esos viajes temporales y futuros por decidir. A partir de entonces, con cada nueva entrega me iba al cine deseando pasar un buen rato en un par de horas. Los directores de la cinta y la propia Rowling no pretenden nada más, por eso me gustan tanto. (Me he leído tres de los siete libros, no está mal).
Me parece que son películas que han sabido coger su propia personalidad y estilo. Empezaron casi a la vez que la saga de los anillos y nunca han pretendido ponerse a su nivel. Quizá estas sean algo más infantiles pero el caso es que funcionan. Han tenido el honor de hacer algo que sólo ha conseguido Pixar, entretener a los niños sin aburrir a los adultos.
Con mejor o peor fortuna, la tercera y la quinta parte me gustan mucho y aunque, curiosamente, la más floja es Harry Potter siete parte 1, estas cintas siempre se dejan ver. En fin, que la última también me ha entretenido a pesar de que no les ha quedado muy redonda. Muchas lagunas en el guión, acciones sin justificar y escenas demasiado parecidas a las del Señor de los Anillos. Hay que romper un par de lanzas en favor de Las Reliquias de la muerte. La primera de ellas es la historia de la parca y los tres hermanos. Aquí la J. Rowling y el director se han currado un cuento clásico muy bonito, apoyado por potentes imágenes. Un buen contador de historias habría empezado por aquí. La segunda es el protagonismo que adquiere Ron Y hermionne, demasiado secundarios en las últimas entregas.
A pesar de ser una peli que ves porque te has tragado toda la saga anterior, me lo he pasado como un enano una vez más con estos tres tipos y estoy deseando ver la última de la saga. Por cierto, Emma Watson, la actriz que interpreta a Hermionne, está buenísima y ya tiene 20 años!! ¡Bien, estamos todos abrazándonos!

domingo, 14 de noviembre de 2010

Actores con pinta de actor

Lo que viene a continuación no es una reflexión cinematográfica si no un óleo sobre el oficio del actor en general. Con esto quiero decir que podéis seguir mirando el marca otro rato más. El método creado por Stanislavsky y perfeccionado por los americanos (adler, strasberg y cia) genera actitudes que llaman la atención.

Hay actores, como Brando, tan preocupados de si mismos que sólo les interesa una conversación si trata sobre su persona y los hay tan introvertidos que ni siquieran hablan de su vida personal. Este segundo caso es el de Leonardo Di Caprio.

Supongo que todo esto tiene que ver con el método. Tanto trabajo introspectivo y tanto mareo interno te tiene que dejar algo jodido. Por eso me gusta Di Caprio y su forma de capear la marea sacando temas adyacentes en todas las entrevistas. No quiere hablar de sí mismo y se pone a defender el medioambiente, pasa de contar cómo le pegaban en el colegio o que su madre era una hippie de aupa.

El peligro del oficio del actor es que si no lo cuidas, todo el mundo se puede enterar de tus intimidades y encima te puede acabar gustando. Qué se lo pregunten a Al Pacino y la vieja que le daba cobijo a cambio de favores sexuales. Hasta yo lo sé que vivo en Hortaleza.
Me gusta más la actitud del bueno de Leo aunque esté lejos del talento del grandísimo Brando. Sin embargo, a veces me pregunto si le puede valer la pena a un actor escarvar tanto sobre sí mismo, digo yo que se harán curas psiquiátricas... Eso sí, daría la vida por ser Humprey Bogart. Supongo que no hay droga comparable a la del aplauso de un escenario, pero es una droga.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Regresar a dónde… Regresar al Futuro

Se pelean, se gritan y están sobreactuados… Da igual que estén solos en el aparcamiento de un centro comercial a la 1:00 de la mañana o en un instituto lleno de gente. Cada vez que hablan las paredes hacen eco pero son la mejor pareja de cómicos que ha dado el cine en los últimos 25 años. Hablo de Doc y Marty, hablo de Regreso al Futuro.

El octubre pasado se cumplió un cuarto de siglo de su estreno, y como Doc en la película me veo obligado a decir… Dios mío, tanto tiempo ha pasado… A pesar de estar llenita de inserciones, un día lo explico, la cinta es una de las pelis generacionales de los ochenta y hoy es todo un clásico… ¿quién no ha soñado alguna vez sentado en la taza del váter con montarse en el delorian?
Su grandeza ha ido creciendo a lo largo del tiempo, Marty McFly sigue siendo gracioso y el doctor Emett Brown está a la altura de Einstein en cuanto a genialidad y de Jerry Lewis en lo que a locura se refiere… Todavía tienen duende.
Los viajes temporales, los propios padres en modo adolescente o el viejo oeste la convierten en una cinta distinta. Todos ellos forman parte de los sueños globales que la gente tenía a finales del siglo XX y me temo que si algún film nuevo se atreve a viajar en el tiempo, aparecerán los facebook y los grupos musicales de adolescentes raperos… Que se los queden. Viva el aeropatin y Buffor tanen, Tiburón 19 y Goldie Wilson tercero.
… que putada lo de Michael J. Fox

jueves, 4 de noviembre de 2010

La R que le falta al blog!!

Ouch!! Me lo dijeron los tormonautas al poco de hacerlo pero después de tantas entradas ya no me puedo poner fino... A mi Blog le falta una R en su dirección, así que lo que debía ser un homenaje a esa gran película protagonizada por Orson Welles y Joseph Cotten ha quedado como una cutreza propia de unas manos nerviosas detrás del teclado!! Lo siento amantes del séptimo arte jijiji

Un abrazo a todos y gracias por leerme!

lunes, 4 de octubre de 2010

Los chicos de Brody

Cómics, chicas, chuletas y más chuletas, Parque Jurásico y Spielberg, findelcolegio-y-empiece-del-instituto. Estados Unidos y Francia 98´, los regates imposibles de Ronaldo y el Madrid de la Séptima. Todos estos recuerdos me llevan a un cierto tipo de cine que, como los musicales, sólo fue viable en un espacio de tiempo concreto, imposible de trasladar a otras épocas. Hoy no tiene sentido reivindicar los videojuegos y el porno.


Todo comienza con Clercks y termina con Jay y Bob el Silencioso. En apenas siete años se agotó toda su frescura y originalidad convirtiéndose en referencia para los chicos de mi generación. Este subgénero es fruto de la mente de Kevin Smith, al que también parece habérsele agotado el talento si se revisan sus últimos trbajos.

MallRats (Ratas de Centro Comercial) es la cinta que mejor ha resistido el paso del tiempo, aunque quizá mi percepción esté condicionada por ser la primera que llegó a mis manos. Por otra parte, me parece el exponente más fidedigno de una cultura algo manoseada quince años después de su retrato en pantalla grande.

Brody, protagonista de la cinta, es un veinteañero en la medianía de todo pero es feliz entre cómics y colegas. Su rutina se basa en ir tirando, sin presentarle a su madre su novia, en realidad el protagonista de la cinta quiere es pasarse las horas muertas en su Centro Comercial. Prefiere los videojuegos y Spiderman a las noches románticas, -¿y quién no?- Una postura rebelde dentro del sistema pero dependiente del mismo, de hecho nuestro protagonista se nutre de sus tiendas de comidas y sus tebeos a la americana como un León hambriento lo hace con sus presas (me ha quedado decimonónica la comparación ¿eh?).

La peli fue una de esas cosas maravillosas que ocurrieron en mi preadolescencia antes de que los ordenadores copasen el conocimiento y las formas de socialización. Cuando la Fnac era la Fnac y no necesitabas Facebook para quedar con tus colegas. Ir a ese oscuro edificio significaba entrar por un momento en las puertas de Tannhauser, donde los cromos de Bola de Dragón valían 250 pesetas el paquete y cuando Roberto Baggio nos jodía los mundiales.

Jay y Bob son el apoyo perfecto para la dupla de protagonistas. A través de ellos, el señor Smith desarrolla las sub tramas que servirán de guarnición al argumento principal. La escena del concurso en el centro comercial es sublime.

Necesariamente cercano a este tipo de manifestaciones se encuentra Gigatrón. El grupo valenciano demanda el Heavy Metal de los años 80 y 90 con una postura gamberra y riéndose de todos los estereotipos que a su vez reivindican. Insultan a los pijos (palabra que curiosamente está desapareciendo de nuestro vocabulario por la globalización de formas y colores) y añoran el botellón de los parques, echan de menos la sensación de libertad ligada a la adolescencia.

Imagino que al final, Brody acabó por madurar con una tienda de Comics para mantener el espíritu de una vida que consiste en levantarse tarde, aprobar de chorra y estar de botellón con los de siempre… -¿Pasa algo?- No me vengan con responsabilidades.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Las lecturas de una cinta

A petición de un amigo, voy a publicar el correo electrónico íntegro que le escribí como respuesta a sus preguntas. La entrada es tal y como la escribí en horas de curro, así que perdón por las erratas...Gracias a Mario una vez más...


A ver Mariete no te me ralles con las lecturas de una peli, pero si quieres te cuento algo de lo que yo interpreto por lecturas…

Todas las películas tienen posibles interpretaciones. Umberto Eco dice que “un texto es susceptible de toda interpretación pero no de cualquier interpretación”. Esto es: tú puedes disgregar una obra en niveles como he hecho yo con Malditos Bastardos, no quiere decir que sea cierto, es una interpretación, pero no puedes establecer cualquier nivel.
Es decir, si tú me dices que El Señor de los anillos es la hostia porque es una alegoría del porno turco de principios de siglo te diré que no. Si me dices que Tolkien dividió la tierra media como Gran Bretaña, te diré que si. ¿Ves? Si escarbas un poco todo es mucho más complicado de lo que parece.
Un buen ejemplo de alegorías y de dobles lecturas es Michael Haneke. Yo le llamo el rey del “malrollo” pero hay otros muchos que tb lo hacen, como el propio Tarantino como has podido ver en el blog.
El problema es que en la actualidad todo es demasiado literal, demasiado inmediato y la profundidad de las obras se está perdiendo. Cojamos dos ejemplos comerciales de distintas épocas: Casablanca a simple vista es my fácil de entender pero si analizas los diálogos puedes darte cuenta de hasta dónde llega su complejidad. Porque el champán se llama agua de Vichi o porque Humprey Bogart ha combatido en la guerra española. Todo tiene sentido, sin embargo Jurasic Park es lo que es, Dinosaurios perdidos en una Isla, a pesar de que la adoro.
Ahora bien, las lecturas son distintas según el cineasta que haga una determinada película. Clint Eastwood es bastante literal y clásico en sus planteamientos, pero eso no quiere decir que sea peor que Quentin Tarantino. Tarantino es más genial y quizá Eastwood sea más artesano en la forma de concebir sus cintas.
Sobre Mistic River te diré que me encanta. Me parece junto al Jinete Pálido y a Sin Perdón, lo mejor del bueno de Clint. Sin embargo, esta peli carece de la intertextualidad de la obra de Tarantino. Mistic River no te lleva a otros géneros a otras películas, carece de guiños cinematográficos. A Eastwood no le hace falta hacer eso.
Pero si te fijas también tiene un guiño al viejo Spaguetti Western cuando aparece Elli Wallach (le conocerás por ser el malo del Padrino III). Pero eso más que intertextualidad o doble lectura es un favor de Clint a su amigo, una broma.
Las lecturas no se circunscriben sólo a las referencias o a los guiños que pueden hacer una cinta más o menos ecléctica. Por eso, Mistic River a pesar de no tener todo lo anterior tiene mucha profundidad. Esta cinta habla por encima de todo de la amistad, por eso te deja tan jodido al final. Esa amistad eterna cuando eres niño y que de mayor se va perdiendo, algo que ya has empezado a experimentar, como me dijiste en Dublin.
El gran problema de Mistic River que aparte de hablar de la amistad y de la familia, y aparte de ser un Trhiller acojonante, es que es bastante facha. Clint Eastwood canoniza a Sean Penn, que es una asesino y un mafioso de barrio. Le salva y encima se pone de su parte, con dos cojones Clint.
Ese es el gran problema de este crack es que es un facha de aupa y eso le resta valor a sus películas, líricas y geniales. Otro día te hablo más de Easwood que tengo curro!!

Un abrazoooo!!

MR. Bean

Los primeros recuerdos sobre Mr. Bean están asociados al pequeño Sofá verde en el salón de mi tío el inglés. En aquellos tiempos, Mr. Bean era un ser tan exótico como la Inglaterra de la Reina Madre y el Liverpool de Mcmanaman y Fowler. Estoy hablando del año 93.


Aquellos primeros visionados en VHS me hicieron reír como nunca antes, sólo me he vuelto a partir el culo con tantas ganas en las primeras cintas de Kevin Smith. Para disgusto de mis padres, Mr. Bean no pudo paliar mi “borregued” con los idiomas, aquel genio con chaqueta marrón era prácticamente mudo. Varios de esos esqueches se hicieron memorables: el cine, el parque, el examen de matemáticas, la piscina…

Era tan bueno que al año siguiente algún geniecillo de Telemadrid pilló los derechos del señor judía y nos lo metió por los ojos sin traducir ni nada. Los niños hablaban de él hasta en mi colegio. Nuestro idilio duraría unos 8 años más o menos. Sin bien es cierto que sus incursiones en el cine son bastante infumables, muchos años después, su reino es la televisión, aunque ya no lo pongan.

Rowan Atkinson consiguió con Mr. Bean llegar al nivel de otros genios mudos como Baster Keaton o Charles Chaplin. Los más eruditos dirán que Chaplin tenía un rollo social que le engrandece y que además fue el primero, pero también diré que el bueno de Chaplin no tenía reparos en copiar argumentos y además, me hace más gracia Atkinson. Con respecto a Baster Keaton, siempre me he preguntado por qué está por debajo de Chaplín…

Aquí os dejo algunos de sus cortos, espero que os gusten




La pregunta del día:


¿Os mola tanto como a mí o soy un romántico?

viernes, 17 de septiembre de 2010

El Padre de Indi

Lleva seis años sin aparecer en la pantalla grande y todavía se le echa de menos. Los infames productores de Indiana Jones y la calavera de cristal querían que interpretase el papel de John Hurt, pero el señor Connery declinó la oferta y conservó su dignidad. Estas líneas van para uno de los actores que mejor han envejecido.


Entre la siniestra escena del Día más largo y el final de La Liga de los Hombres Extraordinarios hay cuarenta años de mito. El primer y mejor James Bond todavía tenía mucho margen de mejora. Seamos sinceros, por aquel entonces las salas de cine estaban llenas de jovencitas en sujetadores de pico locas por su pelo en pecho. Los siguientes años de su carrera estuvieron marcados por todos los Bond, Marny la Ladrona, más pelo en pecho… Cuando todo parecía perdido, tuvo la suerte de volverse viejo y quedarse calvo. Lo bueno empezó con El hombre que pudo reinar.

En esa gran película de aventuras, basada en el relato de Kipling, Sean Connery se come con patatas a Michel Caine y eso es mucho decir. Hay que recordar que estamos en medio de los setenta y el señor Caine andaba haciendo obras maestras y asombrando al público con su calma tensa. La locura de este Rey sólo se entiende si la interpreta Connery con esa mirada perdida y esos aires de grandeza con un toque “alfredolandista” con capa y todo.

Robin y Marian emocionó un Robin Hood anciano, sin ínsulas baratarias que conquistar y agarrado del brazo de Marion. Una Audrey Hepburn que disimulaba su vejez y su anorexia detrás de esos ojazos negros.
Hasta 1990 mezcló grandes interpretaciones, Los Intocables de Eliot Ness, Indiana Jones y la última cruzada con éxitos comerciales, La Caza del Octubre Rojo o Los inmortales. Hablamos del hombre que fue capaz de revitalizar la saga del arqueólogo más famoso del mundo o de ganar un óscar por ser el más mafioso con De Niro delante.

Espero que haga algo antes de su muerte o si no me va a pasar lo que con Paul Newman, le esperé hasta que sólo pude llorarle *



• Una vez más mi cinefilia llega hasta niveles insospechados y le adapto una frase de Indiana Jones para cerrar el post. ¡Sorry guys!
• Cada vez que haga referencia a Indiana Jones y la Calavera de Cristal hablaré de los infames creadores…

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Ha muerto entonces

Siento recoger una frase de Gandalf pero el siguiente artículo es la esquela de Kevin McCarthy, uno de los rostros cinematográficos más emblemáticos de la Ciencia Ficción del primer Hollywood.


Para recordar, su interpretación en la Invasión de los ladrones de cuerpos, ese joven desquiciado, esos tipos malos invadiendo el pueblo, esa humanidad condenada en aquella obra maestra dirigida por Don Sieguel con demasiadas referencias al comunismo, que pena.Asociado desde entonces al cine rarito, pronto se olvidó su talento, ese que le llevo a ser nominado al óscar por Muerte de un Viajante, su primera película. Seguramente también ayudaron esas cejas y ese rostro extraño que le impidieron triunfar como galán o como rostro comercial para el gran público.

En mi infancia está el señor Scrimshow, no hay cojones a escribirlo bien, en aquella cosa rara llamada El Chip Prodigioso. No voy a ser demasiado duro porque 20 años después en España estábamos haciendo Alastriste, menos mal q hoy hemos mejorado muchísimo con Lope, !Guau!.

Este actor, que parecía Leslie Nielsen en Un día de Furia supo sobrevivir en el cine gracias a su talento y de una forma marginal, casi independiente. Sólo hay que echar un vistazo a su filmografía, bastante lejos de la de una estrella al uso.


Esto son sólo algunos retazos de su amplia filmografía, con más de doscientas cintas: La invasión de los ladrones de cuerpos, El Premio, un capítulo de Colombo, La Invasión de los Ultracuerpos, Despedida de Soltero Fugaz, El Chip Prodigioso, Finalmente héroe… Consiguió vivir de esto y en Hollywood que no está mal.

Trabajó hasta el final y lo más sorprendente es la noticia se conociera dos días después de su muerte a los 96 años de edad. Se marcha uno de los clásicos en blanco y negro.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Diez actores y diez interpretaciones

Ultimamente estoy poco fresquito con las entradas, así que aquí van mis diez interpretaciones favoritas de la primera década del tercer milenio ( las diez me gustan, la cifra númerica es por ordenar ).
1. Cristoph Waltz y su Coronel Hans Landa: Ya he hablado antes de la devoción que siento por Malditos Bastardos y Hans Landa tiene gran parte de culpa. Su “Monsieur Lapadie podría tomar otro vaso de su delicosa leche” se me repite en la cabeza de forma obsesiva. Acojona como el mejor De Niro y es adorable como un cachorrillo de Scotex. Dan ganas de abrazarle con traje y todo. Una interpretación soberbia.
2. Tonmy Lee Jones y su pete de Los Tres Entierros de Melquiades Estrada. Aparte de ser mucho mejor western que la oscarizada No Country for Old Men, Tommy Lee Jones dibuja un granjero en el crepúsculo de la vida encerrado en un desierto que recuerda mucho a Rulfo. Imprescindible.
3. Choi Min-Sik y su Oh Dae-Su de Old Boy: Si llega a ser un actor americano se le habría comparado con Robert De Niro. Se trata del desquicie mental de un hombre encerrado quince años donde la venganza es el único sabor que puede paladear y donde el destino se acepta de forma irrefutable. Me sorprende cada vez que veo sus ojos perdidos.
4. Va de chinos el pódium, y aquí tenemos a Tony Leung Chiu Wai y su papel de follastras en 2046. El retrato de un hombre perdido por el desamor sólo es creíble cuando lo encarna mi chinazo favorito.
5. Ricardo Darín en El hijo de la novia. Me quedo con sus primeros veinte minutos. El bueno de Darín deja a un lado su careta de buen tipo para convertirse en un cerdo capitalista obsesionado con hacer pasta. La transformación posterior en Darin el bueno es predecible pero jugosa. Mezcla como nadie el buen humor y el drama.
6. Daniel Day-Lewis y el gran Bill el Carnicero. Si Gangs of New York es mejor de lo que parece es porque se sostiene sobre este CACHODEACTOR, con todas las mayúsculas posibles. Un asesino, racista y xenófobo que es capaz de rendir pleitesía a sus enemigos muertos. Me quedo con la escena que anda envuelto en la bandera.
7. Jim Carrey en Olvídate de mi. Gracias a dios que Jim Carrey hizo de Joel. No sonríe una puta vez en toda la película, está amargado y parece haber estado siempre así. Este personaje no tiene recorrido, sólo se emociona al conocer a la Winslet, es la relación la que lleva consigo al espectador.
8. Ulrich Mohe en La vida de los otros. Aunque la interpretación me recuerda a la de Antony Hopkins en el silencio de los corderos, sólo me puedo quitar el sombrero con este agente de la stasi que guarda todo su odio tras una cara aparentemente tranquila.
9. Bruno Ganz es Hitler en El hundimiento. De su actuación me atrae más el lado humano que lo meramente técnico, voz y gestos parecidos a Adolf Hitler. Ves a un hombre hundido porque se le caen una serie de ideales, terribles, que Bruno convierte en algo secundario. Empatizas con el nazi mayor del reino.
10. Ian McKellen y su Gandalf. Hablar de duendes, enanos, elfos y anillos no es muy creíble y menos si eres un mago. Pues Sir McKellen lo hace tan bien que consigue dos cosas fundamentales: Ser el Gandalf del libro y hacerlo tan tan tan bien que se convierte en una interpretación que mejora los minutos de una buena cinta de aventuras. Fue tan escandaloso que le nominaron al oscar.

¿Cuáles son las vuestras?

lunes, 6 de septiembre de 2010

Un talento olvidado

La grandeza de Blake Edwards sólo se puede entender por su diversidad de géneros. Al contrario que otros muchos directores, este maestro no se empeñó en repetir siempre la misma cinta. Fue uno de los revitalizadores de la comedia americana en los años sesenta y sin duda se convirtió a la larga en un digno sucesor de Billy Wilder.


No recuerdo una carcajada más grande con una película que la que solté con la escena de la ducha de El Guateque. Esta cinta supone uno de los máximos exponentes de la comedia norteamericana, además de ser el punto más álgido de la colaboración entre Blake Edwards y Peter Sellers, pues no todo era rosa entre estos dos genios. Además, la película inaugura un nuevo tipo de comedia que ha ido desvirtuándose hasta las gamberras American Pie, a las que adoro pero que están a años luz de aquella obra maestra.

Otra comedia que me parece especialmente relevante es la Carrera del Siglo. Esta cinta, que viene a ser algo así como los autos locos pero con personas, saca lo mejor de Tony Curtis y de Jack Lemmon en una historia delirante que echa un vistazo sobre la competitividad y el liderazgo desde un punto de vista irreverente. Es tan actual que parece increíble que esta peli se hiciera en 1965.

La pantera Rosa y Peter Sellers. Las cintas fueron concebidas para todos los públicos pero con el paso del tiempo sus colaboraciones han creado algo así como una obra de culto. Muchos años después, La Pantera Rosa sigue siendo rara y onírica tanto como los gestos de Sellers, es como si Edwards se hubiera empeñado en darle un toque ancestral a lo que muchos años después explotase David Lynch.

De las famosas Chantaje a una mujer, Desayuno con diamantes y Días de Vino y Rosas, me quedo con la belleza de Audrey Hepburn con las interpretaciones de Jack Lemmon y Lee Remick y con las chicas en los columpios de la primera.

Un hombre que le dio la vuelta a las tramas y supuso un aire fresco y libertad narrativa en medio de un cine que intentaba imitar la maestría alcanzada durante los años cuarenta y cincuenta.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Malditos Bastardos

El otro día hablaba con un amigo sobre los diferentes niveles que tiene una película y como a menudo los espectadores nos quedamos con un solo punto de vista, mientras pasamos por encima miles de detalles que a priori parecen estúpidos. Malditos Bastardos de Quentin Tarantino puede servir de ejemplo.






Se me ocurrió la idea de analizar esta película mientras hablaba con mi primo. Es un poco más mayor que yo y siempre le he tenido por un hombre culto, nuestras conversaciones suelen ir más por la música y el cine que por las tías y sus curvas. Charlando sobre la última peli de QT me quedé a cuadros cuando dijo que se había aburrido y que Tarantino “se tenía que dejar de conversaciones para ir a lo suyo”.
Ojiplático perdido le pregunté… ¿Qué es lo suyo? Pues los tiros, respondió. Pues muy bien, dije.

Ahí está el primer nivel de un análisis. Mi primo acude a Tarantino por la violencia de sus películas. Válida, pero “Londres bien vale una misa”. "París bien vale una misa". Una segunda capa de la cebolla estaría precisamente en las conversaciones que rechaza mi primo: Estas suelen mostrarnos partes de la historia en las que “apenas ocurre nada” para a menudo, meter algo de cultura pop. Quizá en Malditos Bastardos sólo se aprecie este segundo nivel durante el juego de cartas de los oficiales, pero ahí tenemos el principio de Reservoir Dogs o las conversaciones entre Jules y Vincent de Pulp Fiction.

Una vez aclarados los dos primeros niveles, voy a por un tercero que creo distingue al propio Tarantino. El director de Texas es un maestro en las referencias intertextuales. Es decir, dentro de una buena película de Tarantino, también las tiene malas, ¡!!vaya telita Death Proof!!!, hay todo un universo que requiere un cierto nivel cinematográfico del espectador. Inglorious Bastards es mejor si hemos visto el cine bélico de los setenta, con Jackie Brown, el cine negro se antoja fundamental. Tarantino homenajea al celuloide dentro del propio celuloide. El ejemplo más claro está en Death Proof cuando en el móvil suena la melodía de Kill Bill.

Aclarados estos tres niveles voy a exponer un cuarto que convierte a Malditos Bastardos en una obra mayor. Aparte de ser un poco lenta, divertida y de tener todas estas capas, la última gamberrada es su reivindicación como película con el juego de acentos.

Tenemos a Hans Landa con su absoluto conocimiento de los idiomas pero también tenemos otros nazis más tradicionales. La famosa escena del bar recoge a todo un grupo de oficiales alemanes hablando en su lengua original, intentado recordar y trasgredir como en los viejos tiempos. Esta intertextualidad la reivindica como cinta y la pone al nivel de la Nouvelle Vague pues igual que este género, reivindica al cine como tal. Tarantino nos recuerda que lo que estamos viendo es una película y en ningún caso pretende dar sensación de mímesis.

Hollywood copia y pega

La industria más famosa del cine pretende reinventarse a sí misma haciendo remakes, más bien copiando a diestro y siniestro. Cualquier cosa es válida si se compran los derechos, o eso es lo que han debido pensar cerca de Los Ángeles. El último caso ha sido un Funeral de muerte, deliciosa comedia inglesa, doblada al inglés americano en esta nueva versión. Por supuesto, también Milenium a la americana. Vamos por partes que esto va para largo.


No recuerdo cuando empezaron los plagios revestidos. Quizá fue el cienciologo loco con su Vanilla Sky, aunque me da que viene de antes. En los últimos años Hollywood se parece más a un adolescente haciendo un trabajo de instituto, que a sí misma. El caso más infame es Funny Games, copiada plano a plano por el propio director, Hanake es mucho Haneke, fue su manera de protestar a pesar de embolsarse una buena pasta por ella. Otro caso que tiene enjundia es Brothers, dirigida por Jim Sheridan, copia hasta la vestimenta de ciertos personajes de la original, Brødre de Susanne Biers. A los magnates americanos se les olvido la reivindicación “dogma” de la peli danesa, pero claro esto podía dejar hecho un lío al espectador lo que influiría en la taquilla.

Hasta ahora, el remake era una visión revitalizada de una obra concreta, y normalmente realizada muchos años después con la perspectiva que da el tiempo. Ahí tenemos Scarface o Primera Plana, superiores a las originales. A día de hoy este término se refiere a un producto para sacar más pasta y así, seguir cop(i)ando el mercado.

Es curioso que en una Liga donde juegan genios contemporáneos como Quentin Tarantino o los Hermanos Coen, sea capaz de permitir estos copipasteos tan exagerados. Por cierto, estos últimos, los hermanos no los copipasteos, preparan un Remake a la antigua de la simpática El Valor de la Ley, protagonizada por John Wayne y Glen Campbell. Veremos que tal les sale esta segunda incursión en el oeste, tras la notable No Country for Old Men.

Jason Reitman y el nuevo cine “Indi” americano

No voy a cagarme en todo el cine independiente americano, aunque debería. En primer lugar, porque no lo he visto todo y en segundo porque está feo. Ahora bien, en lo que promete ser un batiburrillo de líneas acerca de las nuevas corrientes americanas, voy a hablar del fulano que más éxito de taquilla y crítica ha tenido hasta ahora, Jason Reitman.

 
El niño bonito de los modernos norteamericanos tiene ya 33 añazos y es hijo de Ivan Reitman, autor de una de las piezas más frikis de los ochenta, Los Cazafantasmas. Película que por otra parte adoro su tininininin.. tirinininin es mítico. Aunque Reitman jr presuma de vivir al margen de la crítica, algo se le ha quedado de su padre. Por lo menos los Ghostbusters entretenían con estilo, o quizá yo era pequeño.
Gracias por fumar, Juno y Up in the air pecan de un infantilismo y un pasteleo de aupa que se hace acentúa cerca del final, siempre para acabar bien la historia. De hecho, los tres films empiezan de forma alocada y “original”, (a estas comillas les pongo comillas), la rapidez le viene un poco de Guy Ritchie para reafirmar el American Way of Life.

Up in The Air empieza con una propuesta interesante, un hombre cuyo curre consiste en despedir a gente por encargo de otras empresas. La idea es brillante y la crítica al capitalismo sería feroz si no fuera porque acaba añorando a la familia y a los valores tradicionales, como si no importase quedarse sin trabajo en medio de esta crisis (recuerden, la más importante desde la del 29, ahí es nada). La cinta tiene un tono más serio que las anteriores y sus toques de comedia permiten que el espectador pueda tomarse en serio a George Clooney (Haré una próxima entrada hablando del señor Ocean).
A la media hora la pieza comienza a desgastarse y a perder fuerza. Así las cosas, acabas por verle el truco a lo que parecía novedoso y fresquito. No sé cómo pudieron justificar los andobas de Hollywood las seis nominaciones, claro que competía Avatar.

De sus tres cintas se pueden destacar varias cosas: Es un buen director de actores y su cine es indi comercial para indis comerciales o comerciales sin muchas ganas de que le toquen las bases hollywoodienses. Este tipo no ha visto a los de la Nouvelle vague.

El último Héore (Gran)

Burce Willis es un crack. Podría terminar esta entrada así y quedarme tan ancho. Es uno de esos héroes eternos que nunca morirá mientras la taquilla siga pagando por verle. Además, el bueno de Bruce lleva más de 20 años interpretando a un tipo de cuarenta y pocos, eso es talento y lo demás tonterías.

Me gustan Bruce y Ramón Langa que es el tipo que lo dobla. Me gusta que sea John Mclaine en todas y cada una de sus películas por mucho que se llame El Sexto Sentido y haga de psicólogo o sea Buch y lo dirija Tarantino. Me gusta su manera de aporrear a los malos y su camiseta interior llena de sangre antes de empezar a pelear. Caso aparte son sus pantalones (que son una mezcla entre pana y vaqueros llenos de roña). Me gustan sus entradas y su calvaza reluciente tanto como su mirada que siempre anda sosprechando.
Seguramente le tendrá mucho que agradecer a Robert Rodríguez quién le recuperó para la gran pantalla con Sin City cuando más flojeaba su carrera. Quizá estaba más tierno de lo habitual, pero claro al lado estaban auténticos machos con superpoderes como Mickey Rourke o Clive Owen. Para el recuerdo: “La chica vive y el viejo muere, lo veo justo”.

Ahora prepara proyectos de medio pelo a mares y de vez en cuando le veo en alguna marquesina con su cara de soy Bruce, fumo ducados y vengo a salvar el mundo. Me alegra verle empuñar una pistola y acabar a tiros con los malos. En la cuarta parte de La Jungla, era lo mejor de la cinta.

Sin embargo, estoy descontento con uno de sus últimos proyectos: The Expendables. La dirige esa mente talentosa que es Stallone y comparte cartel con Dolph Lundgren, Chuahce y el propio Rocky. El señor Willis está un escalón por encima en cuanto a talento se refiere y un par de ellos por detrás en cuanto a músculos. No le hace falta, siempre lo ha resuelto a hostias y tiros.

Bienvenidos!!

Buenas noches noches a todos, todos! Soy el-autor-de-este-blog y os doy la bienvenida a todos aquellos cinéfalos que queráis compartir conmigo vuestra experiencia cinematográfica. Espero que nos lo pasemos muy bien y que me llevéis la contraría y podamos hablar y discutir mucho mucho mucho sobre el séptimo arte...

Recordad que los críticos ponemos nuestra postura por encima de la obra...

Anton ego, Ratatouille